10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: !!Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió. 1 Crónicas 4 (Reina-Valera 1960)
De todas las oraciones elevadas a Dios por creyentes de la Biblia pocas tienen la clara y coherente síntesis de la que hizo Jabes y menos aún la contundencia de la respuesta de parte de Dios...
En este tiempo, en el que muchos, hemos escuchado como iglesia la directiva del Padre de fortalecernos en el barrio o ciudad donde nos puso originalmente, se nos ocurre que la inspirada oración de Jabes resume perfectamente nuestras necesidades para emprender la conquista por venir.
¿A dónde iríamos si no fuera bajo la bendición de Dios?...¿Quién es el dueño de los espacios y los ámbitos donde debe proclamarse la palabra de Dios?...¿Alcanzaría mi propio esfuerzo para lograr decisiones de fe si mi predicación no es acompañada por señales y milagros?...¿Cómo estar a cubierto de la reacción de las fuerzas malignas que se verán desplazadas de la tierra que reclamo?.
La oración de Jabes reconoce en primer lugar la potestad de Dios sobre mi vida, sobre la tierra en la que ha puesto y sobre la la limitación de los espíritus, potestades y principados de las tinieblas de atacarme a mi y a los demás miembros del ejército de Dios que está bajo su divina cobertura espiritual.
El autor Bruce Wilkinson escribió un muy buen libro sobre la Oración de Jabes y su influencia en la vida del creyente. Te recomendamos enfáticamente su lectura en esta semana. Si tuvieras dificultad para obtenerlo solicítanos una copia digital para su estudio.
Y ahora oremos juntos: ¡Amado Padre Nuestro! Como tu pueblo venimos a tu trono de amor y misericordia para rogar unánimes, en el nombre de Jesús, para que nos des bendición y ensanches nuestro territorio. Nos arrepentimos por nuestra soberbia para extendernos hacia donde nosotros pensábamos que debía ser sin estar atentos a tu dirección. Nos comprometemos ante ti, en el nombre de Jesús, a realizar nuestro mayor esfuerzo para evangelizar la zona comprendida por las calles Loyola-Honduras-Dorrego-Fitz Roy del barrio de Palermo si tú decides darnos ese territorio para proclamar sobre él tu palabra. Te rogamos que tu Espíritu Santo trabaje con nuestro corazón para llevarnos a depender exclusivamente de ti en la tarea de conquista. Te alabamos y bendecimos porque has oído nuestro clamor. Amén y amén